Mi máxima preocupación después de asumir que venían gemelos fue el carro gemelar. Tal y como os conté en este post.
Hoy os hablo de cual fue la segunda:
El coche.
Sí, yo aún tenía el mismo coche que me compraron mis padres con 18 años cuando me saqué el carné de conducir. Un Citroen Saxo de tres puertas.
A ver como iba yo a meter ahí a dos bebés y un carro gemelar...
Además que al pobre coche ya no le quedaba mucho rodaje y era momento de pensar en ir retirándolo.
Por otra parte teníamos el coche de mi marido, un Opel Corsa con cinco puertas.
En un principio nos podíamos apañar si nos cabía el carro gemelar, pero no era lo más cómodo.
Aunque fue una de nuestras primeras preocuaciones, finalemente no nos pusimos a mirar coches una vez ya habían nacido los niños.
Ya que cuando tuvimos el carro elegido pudimos comprobar que cabía en el maletero así que durante unos meses nos podíamos apañar.
Además, como el final del embarazo se me complicó ( lo podéis ver en esta entrada y en esta) tampoco nos dio tiempo a mucho más.
Cuando ya por fin nos pusimos a mirar coches nuestra condición indispensable era que pudieramos meter bien el carro y que además sobrara algo de espacio en el maletero por si teníamos que cargar con más cosas. Así que necesitábamos un maletero bastante grande.
Además, como es evidente, que cumpliera perfectamente con las normativas con los sistemas de retención para los niños. Pero esto no supuso ningún problema porque todos los coches cumplen perfectamente con las normativas como mínimo para llevar dos sillitas.
Tras ver varias opciones vimos que en el único tipo de coche que teníamos maletero de sobra era en coches de siete plazas.
El único coche que encontramos de cinco plazas con el maletero muy grande y en principio nos pareció una buena idea fue el Citroen Elysse.
Pero tras darnos la oportunidad en el concesionario de probar a meter el carro vimos que sí que cabía, pero era muy engorroso de colocar, de hecho la comercial se vio apurada para intentar meterlo. Así que lo descartamos inmediatamente. Como teníamos que ir a morir a los coches de siete plazas fuimos a la casa Dacia, la segunda marca de Renault, ya que este tipo de coches se van de precio y esta marca es muy económica en comparación con el resto de marcas del mercado.
Así, finalmente compramos un Dacia Lodgy de siete plazas, que al quitar las dos plazas de detrás se queda un maletero enorme, además la puerta se abre hacia arriba y el maletero queda muy bajito y podemos poner el carro muy comodamente.
Además cuenta con sistema isofix para tres sillitas de retención infantil.
Hace poco más de un año que lo tenemos, y aunque yo no entiendo de coches puedo decir que de momento estamos muy contento con él, ya que es un coche cómodo y familiar y se adapta perfectamente a nuestras necesidades, y quien sabe igual si algún día necesitamos desplegar los asientos traseros!
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