Antes del embarazo me ponía muy nerviosa ya desde el día de antes de la carrera, planificaba mucho el tiempo en que quería hacerla y a cuanto tenía que hacer cada kilómetro para conseguirlo.
Y como os podeis imaginar en esto del deporte no se puede uno planificar tanto, así que empezaba la carrera atacada de los nervios, unas veces conseguía mi objetivo y otras no. Pero los nervios siempre me jugaban una mala pasada y terminaba sufriendo muchísimo.
Mi primera carrera desde que soy mamá fue el 10k de Benicasim, y por primera vez ante una carrera no me puse objetivos porque no iba todo lo preparada que quería, y supongo que eso ayudó a que no me pusiera nerviosa, exceptuando el subidón de adrenalina en el momento de antes en el que dan el pistoletazo de salida.
El resultado fue que terminé la carrera sin sufrir tanto y la pude disfrutar, que al final es de lo que se trata.
Este fin de semana me volvía a enfrentar a un 10K, esta vez en Burriana, la localidad donde vivo.
Así que decidí tomar la misma actitud
Dos semanas antes de la carrera empecé a mejorar muchísimo en los entrenamientos, pero aún así no tracé ningún plan de cara a la carrera.
El objetivo era ir a ver que salía y a empezar a un ritmo tranquilo para no ir padeciendo durante todo el recorrido.
Momentos antes de la carrera, foto de rigor |
Era la primera vez que me pasaba en una carrera, pero es que aún hay más:
Pasado el primer kilómetro llevaba al último grupo a unos 300 metros por delante de mi. Y así hasta el kilómetro 4.
Mi miedo ante las carreras siempre había sido ese, llegar la última a meta.
Así que imaginaros el agobio que me entró por un momento al oir el coche de policía todo el rato detrás de mi, y por momentos perder a todos los participantes de vista.
¿Pero sabéis que? Que en ese preciso momento, cuando me di cuenta que tenía muchas posiblidades de ser la última, pensé:
"¿Y que? Yo tengo unos objetivos personales, y estoy cumpliendo con mis tiempos, teniendo en cuenta mi nivel, para poder conseguirlos.
Así, que da igual si llego la última, siempre podré decir que he llegado, y abandonar no entra en mis planes."
Y tranquilamente seguí mi ritmo, me dediqué a disfrutar del recorrido, conocido para mí y además uno de mis preferidos. Y me dediqué a darle las gracias a todas las personas que me daban ánimos, porque cuando vas el último todo el mundo te anima como si fueras el primero.
Y eso, también es lo bonito de este deporte, el reconocimiento del público que te anima y te elogia como si fueras un héroe solo por enfrentarte a este tipo de pruebas. Y da igual al ritmo al que vayas siempre animan muchísimo.
No ha sido el caso de esta carrera, pero en otras han llegado a decirme frases del tipo: "Muy bien, campeona. Que no se diga de las mujeres, que somos unas valientes"
Y sinceramente, te sientes muy bien solo por el hecho de pensar que para esas personas, en ese momento, estas representando a un colectivo.
Y bueno, siguiendo con la carrera de este fin de semana: Mientras iba dando las gracias a las personas que me animaban, a la que me doy cuenta había llegado ya al kilómetro 4 y había alcanzado al último grupo. Y sobre el kilómetro 4,5 ya les estaba adelantando.
Durante el kilómetro 5 seguía adelantando a corredores y así sin darme cuenta llego al 6, y de repente pienso:
"Ya queda menos de la mitad y me sigo encontrando bien y además voy a un buen ritmo"
Así que con la motivación de encontrarme físicamente bien, el subidón de haber alcanzado a los demás corredores, y además estar haciéndolo a un ritmo bueno para mí, me dio las fuerzas suficientes para encarar el último tramo de la carrera con mucha energía y poder aumentar el ritmo, para finalmente terminarla en 58 minutos.
Al terminar no estaba segura de ello, pero al llegar a casa comprobé los tiempos de mis carreras anteriores al embarazo y... voilá!
Mi mejor marca en un 10K hasta el momento era de 58:56, así que ya puedo decir que he alcanzado el nivel que tenía antes del embarazo.
A partir de ahora queda seguir trabajando e ir a por nuevos objetivos, aunque sin perder perspectiva, porque con dos niños no puedo entrenar todo lo que me gustaría y así los objetivos cuestan más de alcanzar, pero también es verdad que son mucho más satisfactorios.
Viendo la clasificación de la carrera he visto que después de recuperar los 300 metros que llevaba por debajo de todos, aún he dejado atrás a una veintena de personas.
Pero esto es solo una curiosidad porque da igual terminar último o quinto.
Lo importante es terminar contento con uno mismo, y yo este fin de semana he terminado la carrera con la satisfacción de que ha sido sin duda mi mejor carrera de todas en las que he participado hasta ahora. Y no solo por conseguir marca personal, sino por como me he sentido durante todo el recorrido y como la he podido disfrutar.
Y para finalizar os dejo con el video de mi llegada a meta
No hay comentarios:
Publicar un comentario