Hoy quería hablaros de la costumbre que tiene la gente de ir a visitar a un recién nacido al hospital y los primeros días en casa.
Y no hablo de familiares directos, como tíos y abuelos, esos estan ahí desde que sales del paritorio y es lo más normal del mundo.
Pero el resto de las visitas, voy a ser franca: para mi, tanto en el hospital como los primeros días en casa, sobran.
Entiendo que todo el mundo quiera ver al bebé, pero de verdad que el niño estará ahí para siempre y no pasa nada por ir pasadas unas dos o tres semanas.
La madre está atravesando el posparto.
Y ya tiene suficiente con lo que tiene como para encima tener que recibir visitas y poner la cara bonita.
Porque de verdad que no es nada agradable que te esten viendo mientras tu hijo se está intentando cojer al pecho, o cuando te levantas de la cama para ir al baño como buenamente puedes y que todo el mundo vea el manchurrón de sangre en la sábana o en el camisón. Porque aunque te hayas cambiando hace un rato es muy probable que la mancha vuelva a estar ahí.
Yo desde que pasé por esto decidí, que no iría nunca a ver una reciente mamá hasta que no pase las primeras semanas más duras. De hecho hace poco nació la niña de una amiga mía, y me esperé unas tres semanas para ir a visitarla.
Actualmente, hay papás que nada más nacer su hijo, mandan whatsapps a amigos y conocidos para informar de que estan bien y de que se esperen un par de semanas para vivitarlos.
Hay gente, sobretodo más mayor que lo crítica y no lo entiendo y hacen el típico comentario:
"Uis toda la vida se ha hecho así, ir a ver al recién nacido en los primeros días y no ha pasado nada"
Y yo me pregunto:
"Que pasa que las mujeres de ahora somos más débiles"?
Pero luego lo pienso bien y la respuesta es un rotundo NO.
Lo que pasa es que las mujeres de ahora somos más reivindicativas, defendemos nuestros derechos y entre ellos el derecho a la intimidad. Pedimos que se nos respete. Creo que es fácil de entender y que no es para tanto.
Las mujeres de una generación anterior a la nuestra, seguramente se sentirían igual de confusas, cansadas y exhaustas que nosotras, pero vienen de una generación mucho más conformista y era a lo que estaban acostumbradas, pero lo más seguro es que lo sufrieran en silencio.
Nosotras somos las primeras que tenemos ganas de lucir a nuestros hijos, y que nos hace ilusión que vengan a verlos y saber que hay gente ahí que se interesa por nosotros, pero cada cosa a su momento, primero necesitamos un pequeño tiempo de adaptación.
Y con este post un poco reivindicativo finalizo, pidiendo que la próxima vez que tengáis pensado ir a visitar a una reciente mamá, penséis en esa mamá más que en el bebé, que le preguntéis a ella o al padre si le va bien la visita o prefieren que espéreis.
¿Y vosotros que opinais? ¿Pensais igual que yo o soy un poco melodramática?
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