Cuando te dicen que llevas gemelos, lo siguiente que te comunica el ginecólogo es que el embarazo gemelar es un embarazo de riesgo y empieza a explicarte esos posibles riesgos. Por eso una vez has asimilado la noticia empiezas a preocuparte y buscas toda la información que puedes.
Yo personalmente me interesé mucho en historias personales de otras mamás de gemelos porque aunque cada caso es un mundo siempre es tranquilizador ver cómo casi siempre todo sale bien.
Por eso voy a redactar mi historia para poder ayudar a quien lo necesite:
El principio del embarazo lo pasé muy bien, no tuve demasiados síntomas: ni náuseas, ni vómitos, ni aversión por los alimentos, etc,... Mis preocupaciones empezaron alrededor de la semana 24 cuando empecé a sentir contracciones.
Semana 25 de embarazo
Eran contracciones de Braxton Hicks; estas contraciones en principio no son preocupantes ya que no son de parto. Se dan a lo largo de un embarazo para preparar al útero cuando llegue el parto, de hecho si estas contracciones no se produjeran luego el parto aún serían más doloroso.
En general, en un embarazo de un feto, la mujer no las suele ni a llegar a notar, ya que no son dolorosas y suelen durar alrededor de unos 30 segundos. Si las nota será hacia el final del embarazo y tendrá muy pocas al día.
Estas contracciones pueden llegar a ser peligrosas, ya que podrían ponerte de parto, cuando tienes muchas seguidas y rítmicas o si son dolorosas. Por ejemplo: cada 5 o 10 minutos; o mas o menos 5 o 6 en una hora.
En mi caso empecé a notarlas con bastante frecuencia (unas 5 o 6 en una hora) a partir de la semana 24, como ya he dicho anteriormente. No notaba dolor sólo notaba cómo se me ponía la barriga dura como una piedra y según lo fuerte que fuera podía llegar a notar cierta presión.
Así empezó mi calvario y cada dos por tres me iba a urgencias. Siempre me decían lo mismo, que el cuello del útero lo tenía largo y no me lo modificaba y por tanto no me desencadenaban el parto.
En la semana 28 estuve toda una tarde con un montón de contracciones, así que una vez más me fui a urgencias y me quedé ingresada. El cuello estaba largo y no se modificaba pero incluso allí con la medicación que me dieron (adalat) no me paraban las contracciones y me ingresaron para tenerme en observación. Estuve un par de días y aunque seguían sin cesar cómo el cuello seguía igual me mandaron a casa.
Siguió todo con normalidad, hasta la semana 30+6 que fui a revisión. Yo me encontraba perfectamente, me hicieron primero una ecografía y los niños estaban muy bien y habían aumentado bastante de peso desde la última revisión.
A continuación me midieron el cuello del útero (puede ser que si has tenido a tus hijos de uno en uno esto te suene un poco "a chino"; la medida del cuello no es algo que se suela controlar en un embarazo de un solo feto, pero en los embarazos gemelares lo van revisando a partir de la semana 22 más o menos, para poder predecir la probabilidad de Amenaza de Parto Prematuro) y sorpresa, me media prácticamente la mitad que hacía una semana. Media unos 25mm, no dejaba de ser una medida normal para las semanas de embarazo, pero sí estaba muy justito y además se había reducido muchísimo en poco tiempo.
Me dejaron ingresada y con la medicación por vena puesta: el tractocile: es una medicación para parar las contracciones, es lo más fuerte que te pueden poner y si esto no funciona y te pones de parto, ya no se puede parar de ninguna manera.
A la mañana siguiente me volvieron a medir y me media 10mm; se había vuelto a reducir bastante, así que me trasladaron de hospital porque en el que estaba no hay UCI de neonatos y allí no podían nacer.
Llegué al otro hospital y cada vez tenía más contracciones. No había manera de pararlas, pero continuaban siendo sin dolor; aún así no me dejaron comer nada en todo el día porque no descartaban que tuvieran que hacerme la cesárea de un momento a otro.
Os puedo asegurar que no he pasado más miedo en mi vida, no podía soportar pensar que mis hijos iban a nacer en la semana 31 de embarazo y con apenas 1,500Kgs cada uno.
Poco a poco las contracciones empezaron a parar y a partir de ahí todo se estabilizó, la medicación empezó a hacer efecto. El cuello no disminuyó más, las contracciones pararon y fueron pasando los días, y yo me iba tranquilizando.
Me tiré cinco semanas en la cama de un hospital haciendo reposo absoluto. Os lo cuento aquí
En la semana 35 me quitaron la medicación, me dejaron una semana más en observación y como no me puse de parto me dieron el alta y me volvieron a remitir a mi hospital, puesto que ya podían nacer allí.
El día que me dieron el alta, nada más llegar a casa; de 36 semanas
Aún estuve una semana en casa sin ponerme de parto, fui a revisión y en monitores no me salía ni una contracción.
Pero en la ecografía vieron que a uno de los dos ya no le llegaba bien el alimento (en los gemelos que van en una placenta, esta envejece antes por tanto ya no suministra bien a los dos y hay que provocar el parto, esto suele ocurrir entre la semana 36 y 38) por lo que decicidiron provocarme el parto al día siguiente.
Finalmente mis hijos nacieron en la semana 36+6, muy sanos y fuertes y yo volvería a pasar una y mil veces por todo lo que pasé con tal de que ellos nacieran así de bien.
Cómo veis en estos casos nada es predecible, cada cuerpo responde de una manera; los médicos intentan predecir la Amenaza de Parto Prematuro midiendo el cuello del útero, pero tal y como me dijo una ginecóloga : "al final los años de experiencia nos demuestran que no podemos predecir nada con seguridad, porque nunca vamos a saber como va a reaccionar el cuerpo"
Por tanto mi humilde consejo, en caso de que estes pasando por esto, es que intentes estar tranquila, hagas reposo, bebas mucha agua y sobretodo que confíes en ti misma. Y para que la espera no se haga tan larga intenta ponerte pequeños objetivos; por ejemplo: "llegar a la siguiente revisión con la ginecóloga, llegar a la semana X", etc,...
Si has pasado por una experiencia parecida y quieres contar tu historia soy toda oídos.
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