Mis hijos se han escolarizado por
primera vez en este curso en la guardería.
Como todo cambio para nuestros peques,
las mamás no podemos evitar estar nerviosas y pasarlo un poco mal, y
más un cambio tan grande como es este.
Ellos no han sido nunca unos bebés
demasiados pegados a nosotros. Es más, siempre han sido los típicos
bebés de los que se dice: "Se irían con el primero que pase
por la calle y les dice cuatro cosas"
Pero es verdad que este verano han
estado más pegados a su padre y a su madre que nunca. Así que como
os podéis imaginar, sabiendo que llegaría septiembre y tocaría ir
a la guarde yo estaba un poco nerviosa.
Para "más inri" en la
guardería donde van ellos no hacen periodo de adaptación. Desde el
primer día hacen horario completo y ya comen allí.
Y si yo no tenía bastante, mi hermana
no paraba de decirme: "No los dejes tantas horas el primer día
que se lo van a pasar llorando todo el rato"...
Intenté hacer oídos sordos a esos
comentarios y probar a ver que pasaba.
Pues bien, una vez más mis hijos me
demostraron que siempre soy yo la que me preocupo por todo más de la
cuenta porque ellos se adaptan fenomenal a todo y esta vez no fue
para menos.
El primer día lloraron al dejarlos
pero una vez desaparecimos nosotros dejaron de llorar y estuvieron
muy bien.
Ese día ya comieron fenomenal,
hicieron caca y pipi en el inodoro sin problemas y lo más
importante: Se lo pasaron estupendamente.
A fecha de hoy debo decir que Jordi
sigue llorando al subir al autobús pero se le pasa enseguida.
Su tutora me dijo que al llegar allí y
entrar en clase volvía a llorar pero se le pasaba rápidamente, pero
ya hace más de una semana que no llora tampoco en ese momento.
Este mes de octubre hemos pasado a
ampliar el horario, ya que han pasado de comer y volver a casa, a quedarse hasta las 16:30h.
Ha ido todo genial, hacen la siesta bien
desde el primer día sin problemas y vuelven a casa contentos.
Me ha sorprendido el hecho de que las reacciones
de cada uno de ellos ha sido diferente a como esperábamos:
Siempre hemos considerado a Marc más
dependiente y a Jordi menos.
En cambio es Jordi el que llora un poco más, o el que después del finde notas que le cuesta más y te dice que no quiere ir, o el que algunas mañanas se queja.
En cambio es Jordi el que llora un poco más, o el que después del finde notas que le cuesta más y te dice que no quiere ir, o el que algunas mañanas se queja.
Ahora bien, para que la adaptación
haya sido un éxito la verdad es que fuimos previsores en casa y
abordamos algunas medidas que creíamos les podrían ir bien.
Los trucos que hemos llevado a cabo han
sido los siguientes:
-Enseñarles un par de semanas antes el
material que compramos para la guardería, como la mochila y el
babero.
Les dejé las mochilas un rato para que se familiarizaran con
ellas ya que nunca habían llevado.
Creo que en niños un poco más mayores
también está muy bien hacerles partícipes del momento de comprar el material y que puedan elegir como quieren la mochila,
estuches, etc...
-Otra cosa que hicimos y la que yo
considero más importante es explicarles a lo que se van a enfrentar.
Nosotros lo hicimos una semana antes, creo que más de una semana es
muy pronto porque para los niños un par de semanas por ejemplo es un
tiempo muy largo y es como estar contándoles una historia que nunca
llega.
Les expliqué todo: Que iban a ir a un
cole, que papá y mamá no estarían pero habrían más niños y las
maestras, que estarían allí jugando un rato y que después de comer
volverían a casa con papá y mamá. Esto último considero muy
importante remarcarlo.
Además, en nuestro caso también les
expliqué lo del bus.
En definitiva se trata de anticiparles un poco con las situaciones que se van a ir encontrando.
Cuando llegado octubre se amplió el horario también se lo expliqué unos días antes.
En definitiva se trata de anticiparles un poco con las situaciones que se van a ir encontrando.
Cuando llegado octubre se amplió el horario también se lo expliqué unos días antes.
-El primer día los llevamos nosotros
en coche y volvieron con el autobús.
Consideré hacerlo así porque
a pesar de que se lo conté con antelación creo que la primera vez subirlos a un
autobús y no saber a donde los van a llevar puede ser un poco
traumático.
Pensé que al volver ya con el bús, a
la mañana siguiente ya lo relacionarían todo y les resultaría más
familiar. Y así fue.
-También considero interesante el acercarse unos días antes por la zona de la gardería o colegio para que lo vean aunque sea desde fuera. Así pueden ver el edificio, el patio donde jugarán, etc...
Nosotros no lo hicimos porque en este caso no era posible, pero creo que para el año que viene que pasaran al colegio sí que lo haré así.
-En el caso de mis hijos, al ir los dos
juntos creo que también ayuda a que la adaptación sea menos
traumática porque al menos se tienen el uno al otro entre tanto
desconocido.
Es una de las ventajas de ser gemelos y
por eso creo que es importante no separarles en clase a tan temprana
edad.
¿Y vuestros peques como han llevado la
adaptación? ¿Habéis llevado algún truco para evitar que sea muy
traumático?
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